¿Has dejado tu primer amor?
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Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mi […] Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber.
Mateo 25:41;42
«Señor, perdona mis pecados y, especialmente los de omisión» Estas palabras que fueron pronunciadas por James Ussher, el gran académico y teólogo del siglo XVI, dejan ver la seriedad con la que, no sólo él, si no los grandes hombres del pasado, observaban sus responsabilidades cristianas.
Con cuánta frecuencia meditamos en nuestras malas acciones y corremos al arrepentimiento. Es relativamente fácil ir al Salmo 51 y pedir perdón y misericordia por algo de lo que somos conscientes; pero con cuán poca frecuencia pensamos en lo que dejamos de hacer como pecados realmente graves.
El Señor Jesús llama la atención sobre algo significativo en el día del juicio; los que tienen fe verdadera, no sólo son movidos a abandonar el pecado y aborrecerlo, sino que son motivados a hacer la voluntad de Dios y servir a su prójimo.
Es muy importante para el creyente, meditar en las cosas que debe hacer. La fe genuina no es fatalista, ni pasiva y tampoco meramente intelectual. Alguien puede estar muy bien informado al respecto de Dios, pero si no vive atento a las cosas que debe hacer para la Gloria de Dios, la fe del tal es vana.
No pienses tanto en las cosas que estás haciendo para Dios, sino también en aquellas que estás dejando de hacer. La biblia dice que el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado como pecado.
El amor de Dios y el amor al prójimo no solo deben llevarnos a no hacer lo que pueda dañarnos sino a hacer lo que es bueno y necesario. Siempre será más cómodo no hacer nada, pero piensa en lo que tengas a la mano para hacer hoy por alguien y hazlo.
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Un día a la vez es un devocional diario de la palabra de Dios y centrado en el Evangelio, en la voz del pastor Jacobis Aldana. Este es un programa de Iglesia Bíblica Soberana Gracia. Santa Marta, Colombia.
Un Dia A la Vez 23 julio, 2020
Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Apocalipsis 2:4 ¿Es posible que un creyente [o en este caso una iglesia] sirvan tanto a Dios que hayan dejado […]
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