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No podemos amar a Dios y al mundo al mismo tiempo Un Dia A la Vez
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
1 Juan 2:16
Si realmente servimos al Señor y le amamos, nuestros afectos no pueden estar divididos, no podemos amar a Dios mientras nos entregamos a otras cosas, especialmente si éstas se oponen a él y a su verdad.
Vivimos en un mundo gobernado por el imperio de las emociones; la gente suele hacer todo basados en «lo que dicta su corazón» de manera que uno de los conceptos más tergiversados para este tiempo es el del amor. Generalmente se asocia a algo que se siente emocionalmente; pero el amor verdadero, sobre todo el que debemos a Dios, no es abstracto, ni sentimental ni emocional; se trata de cosas que debemos hacer y otras que debemos dejar de hacer.
En el pensamiento de Juan, el amor hace cosas concretas (guarda los mandamientos) pero en otro sentido, el amor [hacia Dios] deja de hacer otras.
El que ama a Dios aborrece al mundo. Por supuesto Juan no se refiere al mundo físico, sino a un sistema de cosas. Él define esto más específicamente como los deseos de los ojos (lujuria), los deseos de la carne (concupiscencia) y la vanagloria de la vida.
No nos engañemos a nosotros mismos diciendo: —Yo siento que amo a Dios — si nuestro corazón ama las cosas de este mundo, el amor del Padre no está en nosotros. Por otro lado, no hay razón para amar a este mundo, pues él pasa, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Nosotros somos llamados a invertir nuestro amor y fuerzas en aquello que lleva frutos Eternos. El amor por el mundo es pasajero, pero amar al Señor es cultivar para la eternidad. NO desperdicies tu vida, ama y sirve al Señor con toda tu alma, con todo tu ser.
Autor
Un Dia A la Vez
Un día a la vez es un devocional diario de la palabra de Dios y centrado en el Evangelio, en la voz del pastor Jacobis Aldana. Este es un programa de Iglesia Bíblica Soberana Gracia. Santa Marta, Colombia.
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